En el apasionante mundo de la cerámica no todo es arcilla y agua. Existe un amplio abanico de materias primas, técnicas y herramientas que permiten extraer y combinar sus propiedades poderlas trabajar. Por ello, hoy abordamos los diferentes tipos de barro para cerámica y os explicamos sus secretos.

* Conocer los tipos de barro para cerámica

A grandes rasgos, podemos afirmar que la cocción del barro permite la obtención de la cerámica. Normalmente, la temperatura que marca la frontera son los 700ºC. A partir de aquí, si la temperatura es mayor, la fusión entre partículas puede llegar a vitrificarse, consiguiendo una pieza todavía más sólida e impermeable. Pero por sencillo que parezca, es importante conocer los diferentes tipos de barro, arcilla y las ventajas de cada tipo de cocción. Ello nos permitirá conocer mejor como elaborar la pieza que buscamos.
Por lo general, el barro suele clasificarse en tres tipos o categorías según el tiempo de cocción y dureza final: baja temperatura, gres y porcelana. La realidad pero es un poco más complicada. Existen barros de altas temperaturas que pueden cocerse a bajas.
Para entenderlo, debemos saber qué tipo de barro para cerámica tenemos y cómo podemos trabajarlo. Físicamente, la fusión de las partículas se origina en los agentes fundentes en cada tipo de barro. Por ejemplo, los barros rojos son ricos en óxido de hierro, lo que permite una fusión sólida y resistente a temperaturas inferiores (alrededor de los 1.000ºC). Por el contrario, la porcelana y el gres los agentes fundentes son más escasos, por lo que se añade componentes como refractarios, chamota o arena para conseguir una vitrificación más elevada. Como podréis ver, son temperaturas que escapan a las posibilidades del horno de nuestra cocin.

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